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El día de hoy ha sido una fecha de alta significación para nuestra familia, pues hemos celebrado los 95 años de nuestra querida madre.

Para alegría de todos hemos logrado convocar casi a 100 familiares en el Salón de Recepciones “El Cucharón de Palo”, sito en el distrito de Grocio Prado, tierra de la Beatita Melchorita.

La familia acudió masivamente y entonces pudimos reencontramos con quienes inclusive viajaron desde fuera para asistir al cumpleaños de nuestra madre adorada.

Una familia longeva

Fácil, estuvieron presentes varios miembros de nuestra familia que sobrepasaban los 90 años y los vimos, lucidos, bromistas y hasta bailando alrededor de la “Mama Hilda”

Recuerdo que mi padre (RIP) falleció a los 96 años y sus hermanos superaron la barrera de los 90 años. Igualmente por el lado materno, mi abuela Rosa Santana sobrepasó esa edad. Asimismo entre los asistentes los hermanos de mi madre estaban alrededor de los 95 años.

El homenaje

Pasadas las 2 de la tarde, hora de la convocatoria se inició una ceremonia que como corresponde a la usanza tradicional tuvo su momento religioso, luego hicimos uso de la palabra cada uno de los hijos agradeciendo a los presentes por su asistencia, por participar como una verdadera familia que acude cuando se les convoca para una ceremonia como la de este día y por seguir teniendo a nuestra madre para seguir dándonos la alegría que desde niños supo brindarnos.

Especial participación tuvo la Asociación Folklórica Llaqta Tusuy Perú, que presentó estampas de las 3 regiones de nuestro país, todas las cuales fueron emotivamente aplaudidas por la calidad de sus bailes. Así, apreciamos el arte de la escenificación de una danza de la Amazonía; luego vendría el baile afrochinchano, donde como es también una costumbre se hizo participar a los asistentes con el famoso alcatraz (“préndeme la vela … a que no me quemas el alcatraz), un baile donde se coloca una cola de papel al danzante quien baila con una mujer que lo hace con una vela encendida y a ritmo de guitarra y cajón trata de prender la cola de papel colocado a nivel de trasero del danzante.

Tampoco podía dejar de presentarse un baile de la sierra nuestra, danza que terminó haciendo zapatear a los asistentes que snos lanzamos al salón de baile con ganas de sacar polvo del suelo.

Como se estila también en estas circunstancias, se hizo presente un conjunto de Mariachis quienes iniciaron su participación con el clásico “…estas son las mañanitas…”, para luego deleitarnos con un amplio repertorio de canciones de todas las épocas, las que bailamos ya algo eufóricos por el vino que se ofreció en este almuerzo chinchano.

El mancha pecho, un manjar de los dioses

Dicen que “reunión chinchana que se respete” debe tener siempre como plato de fondo el famoso “mancha pecho”, nombre popular dado a la carapulcra de papa fresca que se sirve acompañado de la sopa seca, un tallarín majestuoso que con toda seguridad ni el propio Gastón podría hacerlo similar, el cual preparado en Grocio Prado mantiene el sabor y la prestancia de este manjar divino que tal vez Chinchaicamac el dios tutelar de los Chinchas, saboreara con fruición.

Pero el “mancha pecho” debe servirse acompañado del clásico “saca roncha”, que no es sino el vino tinto elaborado en esta privilegiada tierra después de la “pisa de la uva”, acto realizado protocolarmente por damas jóvenes, quienes a ritmo de baile van pisando fuerte la uva colocada en bateas de roble.

Así fue esta reunión de reencuentro, donde logramos reunir a la inmensa familia que tenemos, pasando un momento alegre, donde “se sacó camote con el pie” y como buen «chinchano talón rajado” bailamos hasta el cansancio.

Muchas gracias familia por habernos acompañado.

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